LO QUE FALTA EN LA ESCUELA MEDIA
En los últimos años se impusieron en las escuelas medias decisiones que modificaron los horarios de cada curso, las asignaturas correspondientes a cada año, la cantidad de horas semanales de cada materia y las incumbencias de los títulos. Todo esto provocó (entre otras situaciones), que decenas de docentes en cada escuela dejáramos de tener cierta cantidad de horas destinadas a tales o cuales asignaturas y pasáramos a tener que cumplir esa misma cantidad de horas en la realización de Proyectos Especiales.
El colectivo de docentes con horas de Proyectos Especiales de la Falcone elaboró el año pasado una propuesta sobre el trabajo a realizarse partiendo del balance comunitario profundizado y ampliado año tras año, que fue avalada por las firmas de 118 docentes. Por incluir una visión general sobre la Escuela Media, sus necesidades y proyecciones, quisimos compartirla aquí:
ESCUELA MEDIA,
PROYECTOS ESPECIALES Y CARGOS NECESARIOS
Mientras todos los diagnósticos, balances
y evaluaciones de las comunidades escolares señalan como dificultades
principales de los procesos de enseñanza-aprendizaje a problemas de índole
afectiva, social y económica, la casi totalidad del personal de las escuelas
está conformado por docentes que se emplean para trabajar en una asignatura
específica, en un horario fijo semanal sometido al cumplimiento de los plazos y
obligaciones que caracterizan este aspecto de la labor educativa.
Los Departamentos de Orientación Educativa
no cuentan con trabajadores sociales ni psicopedagogos o psicopedagogas. No
existen cargos vinculados a referentes de Educación Sexual Integral o a
referentes de Convivencia. Sólo existen tutorías en los dos primeros años. Las
escuelas no cuentan con tiempos y espacios para conformar como equipo al
personal afectado a un mismo grupo, lo que permitiría una construcción grupal
del diagnóstico del curso y una planificación del trabajo coordinada. La tarea
administrativa excede al personal con que se cuenta para esta labor, lo cual
sobrecarga al resto y redunda en deterioro de los roles de conducción, asesoría
pedagógica y coordinaciones de área. Las escuelas cuentan con escasas horas de
trabajo de una única persona psicóloga o psicólogo para centenares de estudiantes
y en la mayoría de ellas hay un solo preceptor o una sola preceptora cada 60
alumnos y alumnas. La mayoría de docentes de las escuelas medias, sin tiempos y
espacios de trabajo por fuera de los acotados horarios de sus asignaturas,
quedan reducidos a trabajar aisladamente, escindiéndose así sus prácticas
individuales de la historia institucional y de la identidad de la comunidad con
que trabajan. No hay cargos diseñados en función de reforzar las identidades
escolares o el refuerzo del trabajo en las especialidades. La relación entre
cantidad de horas de docentes y cantidad de estudiantes por escuela dificulta
la construcción del vínculo pedagógico, deteriora el clima institucional y
condiciona los procesos de enseñanza-aprendizaje. La falta de tiempos,
espacios, equipos y agentes destinados a relevar dificultades, intereses y
necesidades específicas de grupos y estudiantes particulares, tiende a
convertir el trabajo escolar en la aplicación de acciones, actividades y
secuencias didácticas destinadas a cumplir con contenidos y plazos decididos
sin la posibilidad de abordar un trabajo integral que incluya en la
planificación toda la complejidad de las realidades grupales y personales. Como
consecuencia de lo dicho, los y las adolescentes con que trabajamos encuentran
demasiadas ocasiones de vivir tediosamente su escolaridad y no tantas de
sentirse incluidos e incluidas en la labor cotidiana. Los muy numerosos
esfuerzos individuales de docentes y estudiantes por multiplicar estas últimas
ocasiones, no cuentan con el entorno escolar que los pueda sostener y proyectar
como eficaz y novedosa “normalidad”.
Los cambios curriculares, de horarios de
cada curso y de incumbencias de los títulos produjeron que una cantidad
importante de docentes en cada escuela hayamos pasado a tener muy disímiles
cantidades de horas de Proyectos Especiales. Nuestra situación hace necesario
integrarnos lo más orgánicamente posible al Proyecto Escuela para darle un
sentido a nuestra práctica que implique continuidad de nuestras trayectorias y aprovechamiento
de nuestra experiencia. Si bien hay acuerdos firmados entre el Gobierno de la
Ciudad y los sindicatos docentes en relación a que los cambios habidos no
afectan nuestra situación de revista, salarial, ni nuestra estabilidad, se
mantiene algún nivel de ambigüedad en cuanto a las características de nuestro
trabajo y nuestras obligaciones, no queda suficientemente explicitado que
radica en la escuela en que trabajamos la posibilidad de aprobar o modificar
nuestros proyectos y se debilita la pertenencia e integración institucionales
en un contexto de postergación de las necesarias titularizaciones en la escuela
media.
En este escenario, las comunidades
escolares crean y multiplican experiencias vinculadas a imprimirle a su
práctica el sentido exigido por las necesidades de los sujetos que las
integran. Con mayor o menor organización, mediante modalidades más o menos
fragmentadas, desarrollando actividades relativamente aisladas o vinculadas
entre sí, se realiza una labor multifacética consistente esencialmente en
defender la posibilidad de impregnar la cotidianidad escolar de todo aquello
que la historia, las tradiciones, las evaluaciones y los balances producidos
por las propias comunidades evidencia como necesario, prioritario, importante,
válido, pertinente, conveniente, provechoso y eficaz. Esta labor, en todos los
casos se enmarca en las leyes vigentes relativas al ámbito educativo y en
muchos de estos casos expresa el cumplimiento de obligaciones emanadas de esas
leyes en contraste con otras prácticas que, exigidas entre urgencias y
coerciones, no las tienen en cuenta o las contradicen.
Para integrar y proyectar estas
experiencias en un modelo escolar que supere las dificultades comentadas e
incluya a los sujetos de la educación como protagonistas de sus procesos de
conocimiento, proponemos transformar nuestras horas de Proyectos Especiales en
los cargos destinados a cumplir con las tareas que, según lo enunciado más
arriba, emergen como necesarias y urgentes.
Docentes de la Escuela de Educación Media María Claudia Falcone afectados a Proyectos Especiales. 2019
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